12/20/2005

Los lineamiento centrales de lo que Morales busca para Bolivia

Sin que el histórico triunfo le pusiera una venda en sus ojos y con una construcción gramatical expresado en “sujeto colectivo”, el presidente electo Evo Morales ya ha dado a conocer los ejes centrales del tipo de gobierno que pretende llevar adelante.No fue un discurso estructurado formalmente. Fue de los que aprendió a hacer desde las trincheras sindicales y que mejoró en su condición de parlamentario y político. No habló con lenguaje académico, pero sí con claridad y contundencia.Con la bandera boliviana a sus espaldas y la whipala delante suyo, el primer presidente indígena del país pergeñó lo que “el gobierno del pueblo”, pues siempre habló en términos colectivos, iba a hacer a partir de enero. Cambiar la historiaEl presidente electo de Bolivia no se pierde en la coyuntura. En sus palabras de la noche del domingo dio señales claras de que el inicio de un nuevo ciclo de la historia nacional pasa por enfrentar no sólo las causas estructurales que determinaron la situación de pobreza de los bolivianos en los últimos 20 años, sino de las condicionantes histórico­sociales que caracterizaron al país desde el momento mismo de su fundación.Evo Morales, que ha logrado sintetizar y encarnar la situación de exclusión que durante 180 años de vida republicana sufrieron las grandes mayorías indígenas y populares, se ha comprometido a revertir las causas histórico­sociales que determinaron la existencia del colonialismo interno.De ahí que, sin dubitación alguna, sostuvo que desde el 22 de enero “empieza la nueva historia de Bolivia” y en la que se buscará paz con justicia social, igualdad y equidad para quienes nunca la tuvieron.A esa demanda de cambio y transformación que la gente expresó a través del voto, Morales le dio una respuesta contundente: “Tenemos la enorme responsabilidad de cambiar nuestra historia” y sentenció: “La voz del pueblo es la voz de Dios y la voz de Dios es la voz del pueblo”.No al racismoLa lucha frontal contra todo tipo de racismo es otro de los ejes centrales que el próximo gobierno se ha propuesto enfrentar. Contrariamente a lo que los sectores más conservadores esperaban, ver a un Morales lanzando mensajes teñidos de racismo, las palabras del presidente electo estuvieron cargadas de amplitud y unidad.En breves minutos y con pocas palabras puso el dedo en la llaga del Estado de orientación mestizo­criollo que durante 180 años negó la condición de seres humanos a la población indígena. Estaba obligado a hacerlo, no sólo por interpretar adecuadamente el voto que había recibido sino por ser testimonio vivo de esas prácticas excluyentes.Pero también estaba obligado a presentarse como el presidente de todos los bolivianos y así lo hizo. Sin nada que condujera a pensar en cosas u objetivos ocultos, Morales convocó a construir una sociedad más justa para todos los bolivianos, para los indígenas y no indígenas. “Somos de la cultura de la vida y no de la muerte”, dijo.Y, para que no quedara duda de esa su voluntad y posición anti­racista, el presidente electo lanzó un mensaje a su principal base social, política y electoral: “No toda la gente de la ciudad desprecia al movimiento campesino” y, viendo más allá del color de la piel, subrayó que en los centros urbanos existen miles de personas no indígenas, dignas y honestas que buscan el cambio.Cambiar el modelo neoliberalAdemás de expresar su compromiso de dar un giro a la historia nacional, el presidente electo va camino de cumplir con otra de las demandas estructurales que en los últimos cinco años se hicieron manifiestas: el cambio del modelo neoliberal.“Se trata de resolver los problemas sociales y económicos de las mayorías, cambiando ese modelo económico que bloquea el desarrollo del pueblo boliviano”. El rechazo al consenso de Washington es contundente y, aunque con una mirada economicista, la sentencia no convoca a dudas: “Luchar contra el neoliberalismo es luchar contra el modelo económico”.En las palabras de Morales no había necesidad de hacer manifiesto lo que desde hace 20 años se mantuvo latente en las organizaciones sociales subalternas. El modelo generó más pobreza, incrementó la tasa de desocupación y deterioró los indicadores sociales, por lo que “cambiar el modelo neoliberal y acabar con el Estado colonial” resume, como lo hizo el presidente electo, la expectativa de la mayor parte de la población.Iniciativa empresarialEl MAS se ha propuesto encarar la recuperación estatal de los recursos naturales que en los 20 años de neoliberalismo, particularmente en la administración Sánchez de Lozada, fueron entregados a las transnacionales en condiciones no favorables para el Estado. Y el discurso de Evo se caracteriza por ser duro con las transnacionales. Lo hizo en su condición de dirigente sindical, lo desarrolló con fuerza tras su ingreso a la política y con seguridad lo seguirá haciendo como jefe de Estado. Pero Morales no confunde iniciativa y presencia empresarial con modelo neoliberal. Sabe que ambas cosas son distintas. No propone un retorno al período estatista en el cual los emprendimientos de los empresarios –grandes, medianos y pequeños– estaban detenidos. Lo que rechaza, parafraseando al escritor uruguayo Eduardo Galeano, es que la riqueza de Bolivia en recursos naturales represente la pobreza de sus habitantes.Y por eso el mensaje a los empresarios ha sido claro y orientado a dar tranquilidad a los agentes económicos, nacionales y extranjeros, de quienes depende para darle estabilidad al país en esta primera parte de su gestión. “El MAS no extorsiona ni extorsionará a los empresarios que quieran invertir en el país”.Gobernabilidad y estabilidadEl holgado triunfo de Morales en los comicios generales es la garantía de las condiciones favorables existentes para la gobernabilidad y la estabilidad económica del país.Las elecciones del 18 ya son historia. Ahora vienen otros desafíos. El presidente electo ha dado señales de no detenerse en el tiempo y embriagarse con el poder. Al menos ahora. Y, para que no cunda el temor en la población que no lo respaldó, dijo que el problema ya no es ganar sino gobernar.A sus militantes y seguidores también les mandó un mensaje: el MAS no es para cargos, es para el cambio.Y tampoco dejó de hacerlo con los futuros parlamentarios que no pertenecen al proyecto que lo condujo al poder. Dijo estar dispuesto a trabajar con quienes deseen aportar al cambio del país. (Hugo Moldiz Mercado , La Epoca)

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

viva la izquierda infantil! que manera de halbar huevadas

5:16 p.m.  

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