Samuel y su búsqueda del MIR de los años 80
En las elecciones de 1985, el MIR de Jaime Paz Zamora obtuvo el nueve por ciento de los votos en su primera incursión política como candidato a la presidencia y sólo cuatro años después llegó a la Presidencia de la República. 20 años después, otro ex mirista, Samuel Doria Medina, acaba de obtener el nueve por ciento de los votos en su primera candidatura y sueña con aumentar ese caudal en el futuro. No se pueden hacer paralelos entre el Jaime Paz Zamora de 1985 y el Samuel Doria Medina de 2005, pero algunos rasgos son destacables: ambos son socialdemócratas, Doria Medina tiene hoy la edad que tenía Jaime el 85 y pretende desarrollar una actividad política centrista y moderada. La diferencia entre ambos escenarios es evidente: en 1985 la democracia recién empezaba, la ciudadanía todavía creía en los partidos y, más importante, no había un fenómeno como el de Evo Morales con 51 por ciento de los votos. Pero un elemento está vigente en las dos épocas: son necesarias para la democracia las posiciones centristas, moderadas, que tengan capacidad de dialogar con los extremos, puesto que éstos, entre sí, no lo pueden hacer.Samuel Doria Medina es uno de los dos derrotados de la jornada del domingo, puesto que su expectativa era mucho mayor. Mientras Jorge Quiroga deseaba ganar los comicios y terminó aplastado por la avalancha de votos masistas, lo que lo convierte en uno de los dos derrotados, el otro es Samuel. En otra nota de La Epoca señalamos que los dos victoriosos del domingo 18 son, por orden de importancia, Evo Morales y el MNR.Lo que terminó ocurriendo en estas elecciones es que Doria Medina nunca se presentó ante el electorado claramente como lo que deseaba ser: la opción centrista. Ya era muy tarde cuando sus mensajes trataban de hacer hincapié en ese tema. Al principio la campaña fue errática y desorientada, con spots de buena factura pero no insertos de una manera ordenada y lógica dentro de una estrategia general. Los spots de la última semana debieron emitirse en octubre, al arrancar el proceso de campaña. No lo hizo y, por lo tanto, quedó aplastado entre los dos extremos de la política nacional. Al contrario, al elegir a Carlos Dabdoub como candidato a vicepresidente abandonó su posibilidad de ser la alternativa moderada de la política nacional. Tomó al más extremista de los voceros cruceños (como si un candidato camba eligiera a Roberto de la Cruz para vicepresidente) y sepultó sus chances de ganar en el occidente. Lo curioso es que tampoco ganó en el oriente, en parte por la guerra sucia de Podemos en Santa Cruz y en parte por la polarización entre Evo y Tuto. El camino que Doria Medina debe recorrer es muy difícil y empinado. Necesita rearticular sus cuadros, que están en desbandada, volver a creer en sus posibilidades, repensar los objetivos de su partido y volver a intentar después. También es cierto que no es fácil para el empresario más acaudalado del país parecer moderado y centrista, cuando tiene unos intereses muy precisos que defender. Por otro lado, en el escenario político hay otros líderes centristas con muchas posibilidades para el futuro, y para peor de males todos ellos de La Paz, el principal reducto de Doria Medina: José Luis Paredes, Juan del Granado y, por qué no, Carlos Mesa.(RPU) La Epoca
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